Escuela de Espectadores Sénior. Encuentro entre la I y II Edición
Mediación Nave 10 Matadero
El pasado 10 de diciembre por la mañana, los integrantes de la II Edición de la Escuela de Espectadores Sénior llegaron a Nave Una, en Intermediæ, sin saber que les esperaba una sesión muy especial. La sorpresa fue doble: por un lado, el reencuentro con las y los participantes de la I Edición; por otro, la posibilidad de sumergirse en el funcionamiento interno de uno de los proyectos clave de Nave 10.
La jornada comenzó con la presentación de la residencia de dramaturgia “Teatro del Futuro”, un programa que impulsa la escritura dramática contemporánea. Tomás Cabané, dramaturgo ganador de la convocatoria, compartió con generosidad el momento en el que se encuentra trabajando desde el pasado mes de noviembre en la escritura de El último, una obra a partir de un futuro cercano, donde la edición genética se ha normalizado hasta el punto de eliminar por completo la trisomía 21. Nadie más nace con síndrome de Down. El último se convierte en una metáfora de un mundo que sacrifica la diferencia en nombre de la perfección. Junto a él, Rocío Bello, dramaturgista y mentora del proyecto, conversó con el grupo sobre el proceso de investigación, las fases de escritura y los desafíos creativos que atraviesa actualmente la obra para poder finalizarla en mayo de 2026.
Tras este acercamiento al trabajo dramatúrgico, la sesión dio un giro lúdico y participativo con un juego por equipos que ponía a prueba los conocimientos de ambas ediciones de la Escuela. Los participantes, organizados en grupos que representaban distintos oficios de las artes escénicas —vestuario, dirección, escenografía, iluminación, intérpretes, producción y dramaturgia—, tuvieron que colaborar para resolver un enigma ambientado en una crisis ficticia de Nave 10: la desaparición del texto de una obra de la temporada que ponía en riesgo su continuidad.
Para superar las pruebas, cada equipo debía reunir las pistas necesarias hasta dar con la solución final: descubrir qué obra iba a ser cancelada, quién había hecho desaparecer el texto y por qué. El juego no solo fomentó la cooperación entre las dos ediciones, sino que reforzó el conocimiento compartido sobre la programación, los procesos creativos y los distintos roles que hacen posible un espectáculo teatral.
La sesión se cerró como una experiencia enriquecedora que combinó reflexión, juego y encuentro, consolidando el espíritu de la Escuela de Espectadores Sénior como un espacio de aprendizaje activo, diálogo y disfrute colectivo de las artes escénicas.